sábado, 14 de febrero de 2015

VIENTO DE LEVANTE



Cuando el Viento de Levante se manifiesta, no deja nada ni a nadie indiferente. 
Es imprevisible, rotundo y aleatorio. Podemos sospechar cuándo va a hacer su aparición pero nunca cuándo nos dejará. Tiene más enemigos que amigos pero cuando su ausencia es prolongada, sus dominios pierden parte de su identidad y quedan huérfanos de movimiento…Quizás sea hora de apreciar el regalo que nos hace con su presencia: de observar cómo las copas de los árboles bailan a su ritmo frenético como atreviéndose a perder la compostura, de mirar con ojos divertidos el desorden que provoca, y en el cual quizás, descubramos lo que ignorábamos que existía, de contemplar una vez pasado el temporal cómo lo que presuponíamos casi indestructible se doblegó ante su fuerza y sin embargo lo aparentemente frágil continua ahí como si apenas hubiese soplado una brisa ligera.
Quizás sea hora de agradecer al viento que provoque movimiento, porque sin duda, el movimiento es vida. Y por qué no, la próxima vez que sople el viento de levante, salir ahí afuera y bailar sin complejos al son de sus sacudidas, permitiendo que se lleve todo lo que nos pesa y nos mantiene atados, dejando que nos desordene un poco la vida…

No hay comentarios:

Publicar un comentario