miércoles, 8 de julio de 2020

El pacto


Ese día el sol, el viento y la luna los vieron llegar e hicieron un pacto secreto.
El sol, antes de despedirse, convirtió en hermosos espejos dorados el agua contenida entre las rocas que les rodeaban...
El viento calmó su desatada fuerza y se tornó brisa suave que invitaba a mecerse cuando se fundieron en un abrazo...
La luna iluminó sus rostros cuando se miraron a los ojos en la negrura de la noche...
Y así, comenzaron las eternas caricias, que traspasaron la piel para llegar al alma. Se besaron con la ternura y delicadeza de quien besa cicatrices para sanarlas.
Porque a estas alturas, ambos se sabían hechos de retales y trozos de su yo, roto en mil batallas.
Entonces el mundo se paró para ellos, y olvidaron el pasado y no pensaron en el futuro, tan solo sostuvieron el presente entre sus manos.
Y sus rostros reflejaron la serenidad y la belleza que da el saberse ligeros de equipaje, liberados en esos instantes de toda carga. Sus sonrisas delataban la felicidad de quienes sueltan, confían y agradecen.

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