miércoles, 8 de abril de 2020

Pequeña, no cambies nunca

Y el día que me mire en el espejo y te vea allí reflejada te diré:
No cambies nunca, pequeña. Sigue así, creando realidades diferentes a los que otros ven.
Sigue flotando durante horas en el mar, soñando despierta que puedes respirar bajo el agua y hablar con los peces.
Sigue abrazando árboles y jugando entre las raíces inmensas de los ficus, diciéndole a todos que un día irás donde crecen las secuoyas y los baobabs para medirte a su lado.
Sigue metiendo las manos en el agua imparable del río, contemplando como la corriente forma minúsculas cascadas entre tus dedos y sintiendo como su frescura te atraviesa la piel.
Sigue dibujando, cantando, leyendo y bailando como si nadie te viera hacerlo.
Sigue siendo tan compasiva que hasta la muerte accidental de una hormiga te encoja el corazón.
Sigue poniéndote del lado de los más débiles, porque tu eres fuerte y sabes enfrentarte a sus enemigos.
Sigue, cada día, mirando alrededor tuyo como si fuera la primera vez.
Sigue riendo tanto, y llora cuando tengas ganas, hasta que éstas se vayan.
No cambies, tan sólo mejora cada día. Y no te preocupes por agradar a otros ni encajar en ningún sitio, tu mundo es infinito, profundo y maravilloso y siempre que regreses a él, ten sentirás como en casa.
Si alguna vez veo tu reflejo y no te digo todo esto, recuérdamelo tú...

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