jueves, 1 de noviembre de 2018

Mada, el hada despistada

En un bosque lejano repleto de árboles, arbustos y flores vivía un grupo de hadas entre las que se encontraba Mada, un hada de alas blancas y ojos verdes. Cada una de las hadas tenía una función en el bosque y la pequeña Mada se encargaba de dar un olor a cada planta, a cada flor, cuando pasaba suavemente sus dedos por ellas.
Pero Mada era un poco despistada y a veces se sentía tan feliz jugando con los pájaros, metiendo sus pequeños pies en el arroyo o saltando de rama en rama que a veces se olvidaba de todo y luego tenía que darse prisa por repartir olores por el bosque entre las plantas nuevas que florecían, porque cada día al ponerse el sol, Maga, el hada maestra, repasaba todas las tareas de sus compañeras de bosque para comprobar que todo estaba bien.
Ocurrió que un día Maga pasó por una grupo de plantas aromáticas mientras sonreia al aspirar cada perfume... salvia, romero, menta, tomillo, limón.
- "¿Limón? ¿Olor a limón?" Se preguntó Maga mirando aquellas plantas por las que acababa de pasar.
Volvió a volar entre todas ellas y encontró unas ramas de tomillo que olían a limón. "Esto no esta bien. Aqui hay un error y es cosa de Mada" dijo el hada maestra.
Esa misma noche llamó a reunión a todas las hadas y les dijo "Nuestra querida Mada con sus despistes ha ido demasiado lejos y ha cometido un gran error al repartir los olores de las plantas. Pasad por esa mata de tomillo y oledla todas a ver qué os parece".
Las hadas corrieron hacia el tomillo y todas dijeron "¡Huele a limón! ¡Mada se ha equivocado de perfume!" Y se echaron a reir.
- "Bien, como sabeis no podemos arrancar plantas del bosque pero ese será el último tomillo que no huela a tomillo" Dijo Maga. Y continuó diciendo "Mada, en castigo por tu despiste voy a enviarte a otro lugar donde en vez de repartir olores vas a ayudar a los gnomos a trabajar la tierra y que en este caso será arena pues irás al sur donde los árboles y arbustos crecen en dunas cerca del mar. Esta noche dormirás en la mata de tomillo para que recuerdes el error que cometiste y mañana partirás hacia tu destino. El Gnomo maestro ya está avisado y están esperando tu llegada".
Mada intentó disculparse y repitió en varias ocasiones que no se volvería a repetir y que ya no sería el hada más despistada del bosque pero todo fue en vano, la decisión de Maga era firme.
Asi que después de un largo viaje Mada llegó a un pinar donde el olor de las plantas se mezclaba con el olor a sal y donde la luz del sol era tan brillante que a veces le costaba abrir del todo sus ojos verdes. Allí todo le resultaba extraño y se sentia triste y sola. Además después de acabar con las tareas que el Gnomo maestro le habia encomendado terminaba tan cansada que apenas tenía fuerzas para volar y sus pies se hundian a cada paso en la arena en la que inexplicablmente para ella crecían flores.
Una tarde estaba llorando bajo un pino cuando Dilo, uno de los Gnomos se le acercó y le dijo "¿Qué te ocurre hada? Desde que llegaste no hablas con ninguno de nosotros y no participas en nuestros juegos y risas"
- "¿Qué me ocurre? Que estoy castigada en este lugar lejos de mi casa y de mis compañeras, que no me gusta pisar esta arena blanda ni este calor ni este viento que sopla a veces y me impide volar" Respondió Mada.
Entonces Dilo le contestó "Pero eso es porque vives convencida que estar aqui es un castigo y no prestas atención al lado bueno de las cosas. Piensa que has tenido la suerte de conocer un lugar distinto al que ninguna de tus compañeras probablemente llegue ni tan siquiera a visitar y que hay cosas maravillosas esperando a que te des cuenta que están ahi para tí"
Mada lo miró sorprendida e incrédula porque no se le había ocurrido que allí pudiera encontrar motivos para ser tan feliz como lo era en su bosque.
Entonces Dilo la tomó de la mano y de un gran salto la llevó a la copa del pino bajo el que se encontraron. De allí saltó sin parar llevando a Mada hasta el pino más alto situado en lo alto de la colina y le dijo "Observa atentamente".
Desde allí podian ver una playa de arenas blancas y mar azul verdoso. Estaba ocultándose el sol y a medida que éste bajaba para perderse en el horizonte, el cielo iba tiñéndose de maravillosos colores que iban del amarillo al malva pasando por toda clase de anaranjados y rojizos. También comenzó a soplar el viento y Dilo señaló hacia las dunas diciendo "Mira allí ¿ves como se mueven?" Entonces Mada vió con asombro como las dunas parecía que iban avanzando y como la arena que se levantaba formaba caminos que se dibujaban y se borraban dejando extrañas huellas por donde nadie había caminado.
Antes que se hicera de noche bajaron del pino y volvieron al interior del pinar. Mada seguía callada y cuando Dilo la miró vió que una lágrima recorría su rostro.
- "¿Aún sigues triste, hada?"
- "¡Al contrario! Nunca he sido tan féliz. Lloro por todo lo que he visto y sentido hoy y por lo tonta que he sido al malgastar tantos días aqui lamentándome de mi suerte. Te estoy enormemente agradecida, Dilo, por todo lo que me has enseñado. Ya tengo ganas que llegue mañana para realizar mis tareas y explorar este maravilloso lugar para seguir descubriendo y aprendiendo"
Y entonces ambos se dieron un gran abrazo... Ninguno de los dos se dió cuenta que con el abrazo cayó al suelo una semilla de tomillo que Mada llevaba en una de sus alas y que a su vez ésta regó con sus lágrimas de alegría.
Al cabo de unos días el Gnomo maestro convocó en reunión a todos los habitantes del pinar y les dijo "Hoy es un gran día. Ha nacido una nueva especie en nuestro territorio. Es una mata de tomillo pero tiene minúsculas florecillas blancas y huele parecido al limón. Por su rareza todos debemos protegerlo y cuidarlo pero he pensado que será Mada quien se encargue especialmente de ello ya que me recuerda al color de sus alas. Lo llamaremos Tomillo Blanco y hoy habrá fiesta para celebrarlo".
Esa noche Mada fue quien más disfrutó de la fiesta. Bailó, cantó y contagió a todos con su risa de campanitas que hasta ahora nadie había podido escuchar, excepto Dilo, de quien se había vuelto casi inseparable. 
Lo que una vez fué considerado un error hoy era motivo de alegría y celebración y solo ella era consciente de ello...

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